Otras fuentes de la sabiduría contemporánea:
“En este país todos los inmigrantes que sean necesarios y uno más. Pero todos con contrato de trabajo. Eso debe ser incuestionable. El fenómeno de la inmigración se coloca en una escalera, se coloca en un barrio y se coloca en una ciudad, pero mi opinión es que ni la escalera, ni la ciudad, ni el barrio, pueden funcionar nunca con la norma del último que se empadrona". Feliz párrafo propinado por Celestino Corbacho, sedicente adicto al socialismo (Partit dels Socialistes de Catalunya) y por tanto, decían en épocas pretéritas, por lo menos, por lo menos, por lo menos… a aquello de “l’égalité”. La fraternité, yo creo, ya es pedirle peras al olmo.
Perfecto. Absolutamente perfecto. Un patrón negrero de un ingenio azucarero esclavista no podría decirlo con mayor transparencia, salvando la distancia de que los negreros siempre fueron gente mala de látigo en mano y cualquier bien nacido podía ver que eran negreros. Lo que, como mínimo, los hacía malvados pero no hipócritas. En el orden de los vertebrados no es una cualidad poco apreciable para la escala evolutiva, dicho esto a favor de los negreros como superiores a Celestino Corbacho desde el punto de vista zoológico.
El Alighieri aquí de cabeza al Infierno con un clavado olímpico al oír esto de su Europa, o lo que parece ha quedado de ella. O el espantajo de lo que fue su Europa hoy encarnada en este “socialista”. Está recontraclarísimo: “Todos los negros que sean necesarios y uno más, o diez, o los que falten, para el trabajo. Pero todos sanos, que a los que tienen tos los sacrificamos, a los lisiados los ahogamos y a las madres de niños con alguna deformidad las colgamos. Todos trabajando. ¿Qué? ¿Qué me cuenta? ¿Ahora los negros esclavos quieren venir a decirme que están condolidos porque el que tiene tos se cura en dos días, el lisiado lo fue al escapársele el machete por hacerme más rico y cortar más rápido, y que sus dioses bárbaros les traerán desgracias si sacrificamos a las madres sólo por parir niños deformes? Pero, mire, que yo sepa, según leí en el 'Manual del Buen Negrero', ningún ingenio funcionó nunca con la regla de los esclavos, y al problema del tísico, del cojo y de las madres raras que lo discutan como quieran o lo pongan en la escalera o el retrete, pero tengo sueño, que es lo que me pasa ahora, y antes de irme a dormir tengo que dar una vuelta por una casa de putas.”
Como dijo el Prof. Fernando Savater, en una época Europa tuvo ideales que iban más allá del contrato de trabajo y el dinero. Corbacho está faltando como cattivo personaggio en el Infierno del Alighieri, padre de los europeos humanos. Nunca será tarde para que se invoque el alma del amador de la Portinari a fin de que reescriba ese guión dotándolo de los sujetos que más convengan a la hora.y ponga al que deba en el sitio que le corresponda no por derecho, que todo indica que éste va campante por izquierdas. Así sea.
“En este país todos los inmigrantes que sean necesarios y uno más. Pero todos con contrato de trabajo. Eso debe ser incuestionable. El fenómeno de la inmigración se coloca en una escalera, se coloca en un barrio y se coloca en una ciudad, pero mi opinión es que ni la escalera, ni la ciudad, ni el barrio, pueden funcionar nunca con la norma del último que se empadrona". Feliz párrafo propinado por Celestino Corbacho, sedicente adicto al socialismo (Partit dels Socialistes de Catalunya) y por tanto, decían en épocas pretéritas, por lo menos, por lo menos, por lo menos… a aquello de “l’égalité”. La fraternité, yo creo, ya es pedirle peras al olmo.
Perfecto. Absolutamente perfecto. Un patrón negrero de un ingenio azucarero esclavista no podría decirlo con mayor transparencia, salvando la distancia de que los negreros siempre fueron gente mala de látigo en mano y cualquier bien nacido podía ver que eran negreros. Lo que, como mínimo, los hacía malvados pero no hipócritas. En el orden de los vertebrados no es una cualidad poco apreciable para la escala evolutiva, dicho esto a favor de los negreros como superiores a Celestino Corbacho desde el punto de vista zoológico.
El Alighieri aquí de cabeza al Infierno con un clavado olímpico al oír esto de su Europa, o lo que parece ha quedado de ella. O el espantajo de lo que fue su Europa hoy encarnada en este “socialista”. Está recontraclarísimo: “Todos los negros que sean necesarios y uno más, o diez, o los que falten, para el trabajo. Pero todos sanos, que a los que tienen tos los sacrificamos, a los lisiados los ahogamos y a las madres de niños con alguna deformidad las colgamos. Todos trabajando. ¿Qué? ¿Qué me cuenta? ¿Ahora los negros esclavos quieren venir a decirme que están condolidos porque el que tiene tos se cura en dos días, el lisiado lo fue al escapársele el machete por hacerme más rico y cortar más rápido, y que sus dioses bárbaros les traerán desgracias si sacrificamos a las madres sólo por parir niños deformes? Pero, mire, que yo sepa, según leí en el 'Manual del Buen Negrero', ningún ingenio funcionó nunca con la regla de los esclavos, y al problema del tísico, del cojo y de las madres raras que lo discutan como quieran o lo pongan en la escalera o el retrete, pero tengo sueño, que es lo que me pasa ahora, y antes de irme a dormir tengo que dar una vuelta por una casa de putas.”
Como dijo el Prof. Fernando Savater, en una época Europa tuvo ideales que iban más allá del contrato de trabajo y el dinero. Corbacho está faltando como cattivo personaggio en el Infierno del Alighieri, padre de los europeos humanos. Nunca será tarde para que se invoque el alma del amador de la Portinari a fin de que reescriba ese guión dotándolo de los sujetos que más convengan a la hora.y ponga al que deba en el sitio que le corresponda no por derecho, que todo indica que éste va campante por izquierdas. Así sea.
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