Lloc impensat, creat irreflexivament després d'una nul•la meditació tocant al que no contindria. En aquest sentit, s'ignora què s’hi ve des de dalt (o de baix) o pel costat. Abstenir-se persones entenimentades. Bojos, també, sobretot els que s’estan guarint.
Sancte Michael Archangele, defende nos in praelio. Contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium. Imperet illi Deus, supplices deprecamur. Tuque princeps militiae caelestis, Satanam aliosque spiritus malignos, qui ad perditionem animarum pervagantur in mundo divina virtute in infernum detrude. Amen.
Ver entrada del 26 de setiembre de 2008
“San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio; reprímale Dios pedimos suplicantes y tú, Príncipe de la Celestial Milicia, arroja al infierno con tu divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.”
Aunque este hecho artístico bastante trascendente fue acallado por los biógrafos que en la actualidad talan la intrincada ramázón heráldica del noble catalán Joan Sardà, contrariando con tozudez el aullido ecologista en boga que bramaba por la instalación de las pasteras uruguayas, un descendiente argentino del réprobo Sergi -vid. entrada del primero de abril pasado-, que nació en la orilla occidental del Río de los Pájaros, se destacó como vate, aunque, forzoso es decirlo, de manera efímera. Dedicado a la caza furtiva del carpincho, su canoa fue vista por última vez frente al puerto de Concepción del Uruguay un brumoso y hostil anochecer de fines de mayo de 2006; los cronistas no se ponen de acuerdo, y unos sostienen que hubo una especie de llamado divino como parece haber ocurrido en el caso de la desaparición de Empédocles y otros que el desgraciado, simplemente ebrio por un desmedido consumo de caña Ombú, cayó trágicamente de la precaria embarcación. La variación de las versiones se debe, obviamente, a la homofonía propia del nombre del filósofo con la presunta adicción del desdichado poeta litoraleño, y por supuesto a las pronunciadas dubitaciones que la sección policiales de diario “La Calle” padece cíclicamente a la hora de redactar las noticias cuando de ortografía se trata. Circa abril de 2006, este tataranieto algo decadente -señalan sus detractores con total ausencia de objetividad- de Lucas Piriz y Sergi Sardà, el feo pero simpático Gustavo Soppelsa Piriz Sardà, que por razones inexplicables sólo reconocía a sus antepasados itálicos y firmaba únicamente con su primer apellido, escribió esta oda electrónica a una nativa de Isla Mala, Departamento de Florida, la que, atribuida a distintos autores casi como una leyenda urbana, ya ha sido librada con mediano éxito a la crítica digital. Enjoy.
Y SI FUERA ANNA
Y si fuera Anna la tibia amazona que cabalga sola, como caminando, trotando el jamelgo sobre las modestas olas impalpables de un río de escándalo. Si ella fuera ésa que esperaba el río, el río encendido por los gritos locos para permitirle como al Galileo que lo transitara pisando lo blando más blando del agua y diera razones a la furia ciega de los que lo claman como si muriesen pasado mañana por las chimeneas todas las eternas pasiones fluviales. Y si fuera Anna a la que convoco para que, pisando el manto del agua, caminando sola, no sobre ese río sino sobre el lago quieto de mi noche venga a dar motivos a mis madrugadas. Sería un hada errante hundiendo los tacos de su zapatitos al desensillar sobre el manto de agua. Sería una hechicera -cosa de Islas Malas- que te atrapa el alma siguiendo la huella sin forma del río, cruzando encantada hasta las orillas para ser amada. Todo eso que cuento, que parece sueño de andar en las aguas de los ríos locos, o sobre las aguas azules y tristes de los lagos quietos de los corazones de la madrugada sería una delicia de pasos hundidos en senderos húmedos. De surcos sin marcas. Si quien los camina se llamara Anna.
Entre los adeptos al estudio de los idiomas, el bautismo de semen, quiero decir de fuego, del nuevo celular venezo-chavista ha puesto a arder agrias disputas. Es que endilgarle a algo o alguien un nombre como “Vergatario” viene a ser, no sé, como que la realidad sigue imitando al arte, digo. ¿Es discípulo Hugo Chávez de Boris Vian? Se ignora ese detalle, pero se lo presume en gran medida, y en este caso aparentemente la medida justamente estaría en el promedio mundial bastante aceptado por los curiosos que se comenta es de unos 14 cms. con variantes regionales y étnicas. ¿El Vergatario más sofisticado alcanzará esa medida desde la base del cargador hasta la punta de la antena o habrá un MicroVergatario, que seguramente Catherine Fulop rechazará porque… porque sí. Imagínense las siguientes y elegantes frases: “Yo fui compañero de secundaria de Tito Vergatario Martinelli, un petisito que jugaba rebien al fóbal y se la metía en cualquier ángulo al arquero”; o: “El Gral. Eusebio Vergatario Benavídez, que era como un hermano para el Libertador, estuvo al frente de la carga final en Maipú, y deshizo a los godos penetrándolos profundamente por el flanco derecho: no todos fueron muertos, y algunos terminaron simpatizando con la causa americana por motivos que nunca se conocieron y fueron considerados como secreto de familia por generaciones”. Como denominación de objetos no queda mejor parada la palabra, con perdón del involuntario chiste: “Me compré un vergatario Prada de mangas doradas y piel de nutria finlandesa que me alaban todas las chicas por lo suave y reluciente”. O tal vez: “Un vergatario bien mantenido y aceitado impide que el motor del coche trabaje forzado durante un viaje largo”. La oposición maledicente señala que la bien acabada -discúlpenme el atrevido chascarrillo- búsqueda del nombre del celular chavinés tuvo una profusa cantidad de prototipos nominativos durante su estancia en el laboratorio: PijoSpeak, VoiceChot, PoronTalk, ChauchaCell, PenElectrum, GarchaTec, PitoPhone, FifaCom y así sucesivamente. La fracción femenina del partido oficialista, que encabeza Clara Etelvina Fagúndez Huesca Fernández Pinilla Ramírez, alertada por la predominancia de estos apelativos según ella machistas, amenazó con exiliarse con todas sus seguidoras en Miami si lo que llamaron “falologocentrismo imperialista” no era remediado: sólo la firme promesa del presidente de Venezuela que aseguró que el próximo e inmediato modelo amerindio de un teléfono móvil precolombino será el refinado "ConchiWave" bolivariano o el glamoroso "PezonNet" emancipatorio, cuyo prototipo se ve en la ilustración de arriba -junto al simpático Vergatario Platinum que le regaló Hugo Chávez a Cristina Kirchner anteayer-, logró que amainara la tormenta política. También se barajó la posibilidad de lanzar el "VagiLink" en tono rosa pastel y aromatizado con esencia de orquídeas o el "ClitChatting" fucsia rabioso, texturado y con estuche para cosméticos adosado a la tapa, como alternativas populares a corto plazo, y eso distendió al fin el enrarecido ambiente parlamentario, que padecía la tensión que habitualmente es propia de los debates "de género". Todo ello sin embargo no impidió que el mandatario venezolano denunciara en un discurso de quince horas y veinticinco minutos que "la ITT quiere su cabeza para exhibirla en una vitrina de Wall Street" y que a esto se deben los ataques que ha venido sufriendo. Es que Milan Kundera tiene razón: debemos ser muy cuidadosos con las metáforas, pues una epopeya, una fogosa pasión o un desastre emergen eventualmente del verbo encendido o del sustantivo recalentado en esta hipótesis del logro de nuestro aliado y amigo del norte de la Sudamérica. De todos modos, aunque la costumbre comercial pula estas rispideces, uno seguirá un poco quisquilloso cuando su mujer le diga: “Vení, acercame al centro que quiero comprar baterías porque mi Vergatario se quedó sin pilas”. Más de un distraído puede terminar en la puerta de un sexshop, y no sería bonito para la pareja, ni justo a la hora de hacer la crónica de las esforzadas tecnologías autóctonas. Gustavo F. Soppelsa
Los estremecimientos que el asunto migratorio causa en Europa reproducen el antiguo debate histórico, o aun filosófico, acerca del itinerario que liga a la víctima-victimario, línea sobre la cual a veces se desdibuja la relación causa-efecto, o comienzo-arribo. No es una mirada de consecuencias poco inquietantes desde cualquier punto de vista la que haya que echar sobre esta cuestión. Para los europeos, más allá de lo que específicamente pueda ser el reproche político o moral, que no ha mellado demasiado la conciencia del Viejo Mundo en lo fundamental -como puede verse en la altanería con que desde el centro sigue viéndose la periferia- el parte de situación conduce a meditar sobre situaciones prácticas, sobre dilemas cotidianos, sobre fracasos y dramas domésticos, familiares. Sobre inquietudes que importan más que las quejas de los dolientes de la negritud fondeada cada tanto con sus sueños en la quimera tenebrosa y mortal de un Mediterráneo poco amistoso. Para los migrantes de todo tipo, desesperados y aventureros, desgraciados marginados de cualquier bienestar y miembros maltratados de élites que ya no pueden sobrevivir con comodidad en sus respectivos países, el tema es otro, y lleva a preguntarse hasta cuándo la corrupción y la desorganización propiciada a menudo por las oligarquías y dictaduras periféricas seguirá produciendo exiliados, y cuál es el por qué de la persistencia de este fenómeno desastroso y anacrónico. Hablo de Europa -aunque probablemente haya como siempre movimientos migratorios tan o más importantes en otros sitios- porque en verdad Europa es un concepto que cultural y racialmente abarca mucho más que la geografía de la UE. Europa, de alguna forma, es el modo de la civilización dominante en todo el globo. Con matices, claro. Por lo tanto, el destino de la Europa “de los centros” es casi actual y proyectivamente el destino global. Y si la noción de interdependencia resultó siempre la aprehensión de un fáctum absolutamente real, contemporáneamente las particularidades tecnológicas, que serán incluso más “vinculantes” en el corto plazo, ponen en tela de juicio -valga la paradoja- hasta la misma idea de “centro” y “periferia” como puntos de referencia estratégicos. La pregunta del millón de euros, si se me permite la ironía, es ya una bastante perturbadora: ¿será Europa, en sus centros, vivible, si la periferia geocultural, el suburbio del planeta, no se desarrolla? Y, luego, si esa existencia es “vivible”, ¿qué clase de vida llevarán los europeos de las próximas generaciones, y como es obvio los descendientes mixturados de los recién llegados periféricos que serán los nuevos compatriotas del Alighieri y de Newton? Las crueles paradojas de un bello, interesante y conmovedor film como “It’s a free world” me han puesto a pensar sobre estas cosas, y sobre la zozobra, no sólo de los inmigrantes, sino la de los propios europeos “nativísimos”. Al final, magia del arte que supera las barreras de la estrechez de la reflexión lógica ordenada, y pega derecho a la mandíbula de la emoción, concluye siendo más eficaz que un prolijo tratado de demografía. Si no me equivoco, los últimos cuadros presentan a la protagonista, una británica reclutadora de “trabajadores baratos”, no ya en los difusos límites de Africa, sino en Ucrania. Europa, como si la infinita sucesión de guerras imperiales internas de todo su pasado no hubiese culminado con la afrenta del nazismo intradepredador, vuelve a devorarse sus propias entrañas. Durante un lapso sabático, un instante en la eternidad de la historia, Europa se benefició con la posibilidad de martirizar a los “diferentes”. Pero ya queda poco de diferente en el buen y mal sentido de la palabra en el mundo de la web. Todos vestimos igual, aunque los nacionalismos reivindiquen trajes típicos, y donde se visten trajes típicos secretamente se anhela la vestimenta universal de las grandes tiendas homogeneizantes que tiene el mismo sello estético desde Londres a Ciudad del Cabo o Buenos Aires, o Tokio o Toronto o Arabia Saudita. Allá y aquí se cocina sushi y paella como exotismos algo artificiosos, o tal vez no, pero las Tortugas Ninja comen pizza y hasta en el Kurdistán y en Indonesia los chicos les piden american pizza a sus padres como comida reglamentaria, cuando tienen la oportunidad de conocer la comida con cierta abundancia o el privilegio de escogerla. La ola es imparable. La civilización siempre fue imparable en ese sentido, ya que somos una suma de aportes. Ayer, y hoy y mañana más que nunca. A los diferentes del mundo les queda poco de tales, y ya pierden poco yéndose al centro, que les exporta sus identidades por la TV satelital. ¿Qué perderá un hindú en París, si en París el tono, el tono que no el standard económico de la sociedad, es el mismo que en Nueva Delhi? Perderá muy poco migrando. Ganará en chances materiales, según se observa. ¿Perderá las raíces? Esto es sólo un detalle: el mundo ha sido siempre de arraigados que nacieron de desarraigados, y nadie al final remontándose cincuenta generaciones -o muchísimo menos si goza de la suerte o padece la desgracia de ser argentino…- tiene ninguna tradición nacional: muchas nacionalidades han sido un mito beneficioso para la supervivencia de la tribu, más tarde han mutado en ritos, y eventualmente han terminado en salvajismo xenófobo o guerrero. El balance que se obtiene de los bienes y males de la “nación” es una magnitud de valor precariamente definido, aunque Fernando Savater ya ha sellado su opinión en su “Contra las patrias”. ¿Qué perdía o pierde a su vez la sociedad central de importadores de trabajadores periféricos, porque se importa básicamente mano de obra? En principio, nada relevante si se comparaba el beneficio con el rendimiento: sólo se entregaba un poco de tranquilidad étnica en aras del salario de bajo costo. Pero más tarde, como parece querer transmitir el guión de “It’s a free world”, comenzó a correrse el peligro de perder cosas más esenciales. Europa, con inmodestia digna de esa epopeya, que la merecía, y gran altruismo teórico construyó su eticidad moderna y la regó por el orbe bajo los principios del Humanismo. Europa es el Humanismo. Europa es la democracia. La lucha por la libertad. El respeto de la dignidad de la persona. Europa es eso en el centro y en sus modos extracontinentales. El pensamiento crítico. La moral social como materia de reflexión. Eso es Europa. Y en esta instancia, más que los devaneos de esa inglesa desorientada de baja clase media que es la protagonista de “It’s a free world”, que con vergüenza mira a otra europea de Ucrania como ella que lucha por sobrevivir y a la que por azares no tan azares ella encauza maquinalmente en la ruta de un progreso dudoso que le brindaría la Gran Bretaña, hay hechos de hipocresía institucional más alarmantes: sorprende que los mecanismos protectivos de los derechos humanos comunitarios en la UE contengan cláusulas de exclusión en relación a los no comunitarios. Con lo que las leyes y tratados adquieren un ropaje muy raro, un runrún de premisa muy deficitaria en su formulación, que vendría a quedar en algo así como “los europeos sostenemos a ultranza los derechos de todas las personas con independencia de su origen o condición, con la salvedad de que previamente deben demostrar que son aceptadas como personas por los europeos, que somos quienes detectamos quiénes son personas y quiénes no lo son.” Terminará acreditándose como totalmente indubitable el hecho de que toda taxonomía -como notó un francés, Michel Foucault, y predijo otro europeo nacido en Argentina, Jorge Luis Borges en su cuento “El idioma analítico de John Wilkins”, al que el primero citó para basar sus reflexiones- es como mínimo arbitrariedad y, como máximo, un malvado y escandaloso ejercicio del puro poder interesado. Gustavo F. Soppelsa
“Yo no me voy a hacer cargo de la conducta disipada de mis dos hermanos menores: sé que no se cuidaban al tener relaciones con parejas con gripe en los burdeles de Baja California, aunque los aconsejé hasta el cansancio como si hubiera sido nuestro difunto padre. Pero con los adolescentes no se puede”. (El mayor de los tres cerditos del cuento -off the record- luego de una entrevista exclusiva otorgada a la CNN en Español en Guadalajara)
“Una zanahoria de buen tamaño puede satisfacer tanto como el mejor chorizo: pienso que no hay que consumir este embutido hasta que el Pentágono o Guillermo Moreno acaben con la gripe porcina”. (La empleada Enriqueta H., encargada de la verdulería del Supercado Titán de Concepción del Uruguay, Pcia. de Entre Ríos, a un reportero de FM Arenas que se hizo pasar por cliente y grabó a escondidas sus declaraciones)
“El padre Grassi siempre fue muy chancho, pero, eso sí, debo ser sincero: jamás me engripé mientras dormí con él, ya que lo hacíamos bajo varias frazadas para jugar mejor al teto” (A. R. T., uno de los denunciantes del citado sacerdote, ex pupilo de la Fundación “Fellatio los Niños”, citado por Milan Kundera en su último novela "Vacunarse en Praga", Hachette, Marseille, 2007.)
“Al fin se ha ratificado un viejo descubrimiento argentino, al que toda la comunidad científica le dio la espalda durante treinta años: el chancho, como decía el Lic. Luis D’Elía, es un virus y no un mamífero. Obama debe aprender de él, de mí, digo”. (Cristina F. de Kirchner, en reunión de Gabinete, dirigiéndose al ministro De Vido que se negaba a admitir este antecedente durante el pasado mes de marzo)
“La gripe 'el chancho se alivia enseguida con rudamacho y biribiribiribiribiri -dejado al sereno todo el Viernes Santo en el cementerio- puesto arriba 'e la panza”. (Ña Dominga Moreira, curandera de Talita, Depto. Uruguay, Pcia. de Entre Ríos, circa s. II a. de C., testimonio transmitido por Cayo Publio Pompiliano en "De re suinibus")
“La vinculación onírico-verbal entre la gripe porcina y Jorge Porcel se debe a una protorrelación asociativo-visual intrauterina por la que la palabra ‘chancho’ se dispersa atómicamente por el subsconciente al hacerse presente el olor a asado como un símbolo cárneo que el lenguaje aprehende: el no-ser-dicho del chancho se identifica con el ser-decir-diciendo de Jorge Porcel, o lo que es lo mismo con su peso -el de Porcel-, que es mayor al del marrano transferencialmente para el hablante epidémico”. (Jacques Lacan, 1973, recogido en el tomo LIX de sus Obras Completas, Capítulo 28, pág. 55)
“Vendrá al puerco apocalíptico y orinará tumefacciones sobre las testas coronadas y toserán todos los tronos del mundo: un Negro Emperador comandará la última batalla bebiendo porcinamente Coca-Cola”. (Nostradamus, Profecía XII para el primer semestre de 2009. Si se desean más detalles, comprar el bien documentado volumen de Gustavo Soppelsa “Tu destino erótico según Nostradamus y María Elena Walsh”, Ediciones de La Urraca, Anillaco, 1934)
“La gripe porcina es un invento de los vegetarianos para acabar con las especialidades de cerdo, y más precisamente con los salamines”. (Eleodoro Bruchez y Francesco Porcomagro hijo gritando a dúo en la última asamblea general de la Unión Indutrial Argentina celebrada en Chascomús, Pcia. de Buenos Aires)
“La culpa de la gripe porcina no la tienen el chancho, sino quien le da de comer carne podrida y los virus consiguientes”. (Defensa autorreferencial hecha por Gustavo Sylvestre de sus opiniones “periodísticas”, que oyó su confesor fray Luis Beltrán en la Parroquia del Santo Sacramento de Malabrigo, Pcia. de Santa Fe, el 11 de noviembre de 2008. El sacerdote, desolado, rompió el deber de secreto que le imponía su ministerio y lo hizo saber a la NaGeo: la noticia recorre el mundo)
“Yo sé que muchos admiran mi bravura, pero le pido, le suplico, al porcino que desató esta tragedia que dé el hocico y muestre, con verdadera dignidad, que nuestra especie no se esconde en el lodo de la cobardía, se lo pido por todos los lechones inocentes de las generaciones futuras.” (Babe alias el cerdito valiente, en declaraciones exclusivas a un periodista de la RAI desde su chiquero de Hollywood con forma de choclo gigante y barro cosmético en sus doscientos sesenta baños, entre otras comodidades)
“Es hora de que la futura Cristiandad sepa cómo se desató esta pandemia: todo comenzó en el Arca con apuestas sobre la virilidad entre un chancho semental y un enorme mosquito Aedes egipty retándose para ver quién infectaba a más gente: fue una irresponsabilidad que dejé pasar, me hago cargo, y el Cielo me juzgará cuando pare de llover”. (Noé, en el Antiguo Testamento según "El Código Di Stéfano" de Francisco de Narváez Montoya, Ed. Planeta, Villa Paranacito, 1958)
“Sé que en cualquier momento vendrán por mí, y me acusarán de connivencia con los chanchos para enfermar a la gente. Primero, según los ecoporcinófilos y Greenpeace, era su verdugo, y ahora soy su cómplice. Nunca me dejarán en paz. Espero con la conciencia tranquila el día en que la turba piquetera asalte mi frigorífico: creo en la Justicia”. (Lucca Carlo Paladini, desde la clandestinidad y sollozando a un movilero de una radio FM de Tancacha, Pcia. de Córdoba)
Naide nun sabe cuála fue la so nacencia, nin cómo llegó pa la tierra. Apaeció xunto a les orielles doraes del ríu Acragas, na guapa ciudá d’Agrixentu, al poco de que Xerxes rompiere la mar con cadenes. La tradición nun diz namás que’l so güelu se llamaba Empédocles: naide nun lu conoció. Ta claro que por eso hai qu’entender que yera fíu d’él mesmu, talo como–y convién a un dios. Los sos discípulos aseguren, pero, qu’enantes de percorrer gloriosu les tierres de Sicilia, ya viviere cuatro existencies nel nuestru mundu, y que fuere planta, pexe, páxaru y mocina. Llevaba un mantu de púrpura pel que cayía’l so llargu pelo; tenía alredor de la cabeza una banda d’oro, nos pies sandalies de bronce, y cubríenlu guirlandes trenzaes de llana y de lloréu.
Pola imposición de les sos manes curaba a los dolientes y recitaba versos, a la manera homérica, con tonu ostentoso, montáu nun carru, y cola cabeza llevantada pal cielu. Siguíalu un montón de xente que s’arrodiyaba delantre d’él pa sintir los sos poemes. Baxo’l cielu puru qu’alluma los trigales, llegaben de toes partes pa con Empédocles, colos brazos cargaos d’ofrendes. Dexábalos embobecíos en cantándo–yos la bóveda divina, fecha de cristal, la masa de fueu que nós llamamos sol, y l’amor, que lo contién too, someyante a una gran esfera.
Tolos seres, dicía, nun son namás que cachos desprendíos d’esta esfera d’amor onde s’insinuó l’odiu. Y lo que nós llamamos amor, ye’l deséu de xuntanos y de fundinos y de confundinos, tal como tábemos notru tiempu, nel senu d’un dios globular que la discordia rompió. Invocaba’l día que la esfera divina hinchara, depués de toles tresformaciones de les almes. Porque’l mundu que conocemos, ye la obra del odiu, y la so disolución va ser obra del amor. Asina cantaba peles ciudaes y pueblos; y les sos sandalies de bronce llegaes de Laconia tintiniaben–y nos pies, y delantre d’él sonaben címbalos. Mientres, de la boca del Etna salía una columna de fumu negro qu’echaba la so solombra enriba Sicilia.
Someyando un rei del cielu, Empédocles taba envueltu na púrpura y cinxíu d’oru, mientres que los pitagóricos s’arrastraben coles sos rales túniques de llinu y colos zapatos fechos de papiru. Dicíen que sabía desaparecer les llagañes, disolver los tumores, y borrar los dolores de los miembros; rogáben–y qu’acabaren la lluvia y los huracanos; conxuró les tronaes nun círculu de cuetos; en Selinonte espantó la fiebre faciendo que dos ríos se desviarenpal llechu d’un terceru, y la xente de Selinonte adorólu y llevantó–y un templu, y acuñó medalles onde la so imaxe miraba pa la imaxe d’Apolu.
Háilos que pretenden que fue adevinu instruyíu polos magos de Persia, que poseyía la nigromancia y la ciencia de les yerbes que faen alloquecer. Un día que cenaba en casa d’Anquitos, presentóse na sala un home enraxonáu cola espada n’alto. Empédocles llevantóse, tendió’l brazu y cantó los versos d’Homeru de la nepenta, que fai a ún insensible. Y darreo la fuerza de la nepenta féxose col furiosu, y quedó quietu, cola espada n’alto, escaeciéndolo too, como si bebiera el melgueru velenu mecío col vinu espumoso d’una crátera.
Los dolientes veníen a velu dende les ciudaes y taba arrodiáu d’una multitú de miserables. Les muyeres tamién diben tres d’él. Besáben–y los bordes del so mantu preciosu. Una llamábase Panthea, fía d’un noble d’Agrixentu. Debía tar consagrada a Artemis, pero escapó lloñe de la fría estatua de la diosa y ofreció–y la so virxinidá a Empédocles. Naide nun vio señes d’amor, porque Empédocles preservaba una insensibilidá divina. Nun profería palabres que nun fueren en metru épicu y en dialectu xoniu, anque’l pueblu y los sos fieles nun se valíen namás que del doriu. Tolos sos xestos yeren sagraos. Cuando s’acercaba a la xente, yera pa bendecilo o curalo. La mayor parte del tiempu, quedaba calláu. Ningún de los que lu siguíen nun pudo nunca sorprendelu durmiendo. Namás que lu víen maxestuosu.
Panthea diba vestida de fina llana y d’oru. Peinaba el so pelu a la rica moda d’Agrixentu, onde la vida pasaba melguera. Aguantaba los pechos con una almilla colorada, y la suela de les sos sandalies taba perfumada. D’otra manera, yera guapa y espurrida, y d’un color mui deseable. Ye imposible asegurar si Empédocles la quería, pero dio–y pena d’ella. Efectivamente, el soplu asiáticu enxendró la peste nes tierres de Sicilia. Los deos negros de l’andancia tocaron a muncha xente. Hasta los calabres de les besties semaron los praos, y víense dayuri oveyes esfollaes, muertes, col focicu abiertu pal cielu, coles costielles albentestate. Y Phantea amorteció con esti mal. Cayó a los pies d’Empédocles y nun respiraba. Los que la arrodiaben aguantaron los sos miembros tiesos y regáronlos de vinu y arumes. Afloxaron l’almilla qu’apretaba los sos xóvenes pechos, y encanáronla. Punxéron–y una cuerda na boca enteabierta y los sos güeyos fundíos ya nun víen la lluz.
Empédocles miróla, desató la cinta d’oru que–y cinxía la frente y púnxo–yla. Posó enriba’l so pechu la guirlanda de lloréuprofético, cantó versos desconocíos de la migración de les almes, y mandó–y tres veces que se llevantara y qu’andara. La xente taba muerto de mieu. A la tercer llamada, Panthea salió del reinu de les solombres, y el so cuerpu animóse y púnxose de pies, envueltu nes encanes funeraries. Y el pueblu diose cuenta qu’Empédocles evocaba a los muertos.
Pisiánates, padre de Panthea, vino p’adorar al nuevu dios. Punxeron meses so los árboles de la so facienda pa ofrece–y libaciones. A dambos llaos d’Empédocles, unos esclavos aguantaben grandes antorches. Los heraldos proclamaron, igual que nos misterios, el silenciu solemne. D’esmenu, na tercer vixilia, apagáronse les antorches y la nueche envolvió a los adoradores. Hubo una voz fuerte que llamó: “¡Empédocles!” Y cuando se fexo la lluz, Empédocles desapaeciere. Los homes nun lu volvieron a ver.
Un esclavu espantáu contó qu’él viere un dardu coloráu llabrando les tiniebles camín del cume del Etna. Los fieles subieron les cuestes estériles del monte cola murnia lluz de l’alborada. El cráter del volcán vomitaba una facina de llapes. Na porosa boca de llava qu’arrodiaba l’abismu ardiente, atopóse una sandalia de bronce torcida pol fueu.
(Trad. de Concha Prieto; vid. també dissabte, 16 / agost / 2008 i dijous, 31 / juliol / 2008)
La fecundidad desbocada y la descarada adicción a la vida licenciosa de Sergi Sardà, uno de losdifuntos réprobos del clan homónimo, vinieron a trastocar por enésima vez la cuidadosa reconstrucción del árbol genealógico de Joan.
Si bien su origen era aristocrático, como el de toda la familia según se ha explicado, Sergi tenía una abyecta vocación de bichicome, la que lo llevó a deambular sórdidamente y a contraflecha, primero por los arrabales de Cartagena de Indias, hacia 1777, para culminar su derrotero en Montevideo circa 1782.
De la unión -no santificada por la Iglesia- del catalán con una esclava mandinga con quien vivía en la más cruda indigencia junto a la Laguna Mirim, nació, en 1790,Washington Waldemar Sardà Pereira, quien vino a ser el primer oriental que portó ese apellido en el sur del mundo.
La destacada actuación de Washington Waldemaren la primera invasión inglesa al Río de la Plata a la temprana edad de dieciséis años, que el embajador uruguayo en España ha intentado hacer valer con escasa repercusión, no alcanzó para que Joan se decidiese a sumarlo al arbusto heráldico. Entiende que los descendientes de Sergi se precipitaron en despeñaderos totalmente republicanos, mezclándose definitivamente con la chusma más baja de los cantegriles en el siglo XXI (como la crónica infra no oculta, tras bambalinas se gestaba el movimiento independentista ya que su voto fue decisivo en las reuniones que se llevaron a cabo en las casas consistoriales para pronunciarse contra los herejes).
Se cuenta que:
“En Montevideo, la noticia de la caída de Buenos Aires en manos de los ingleses produjo una gran preocupación, ya que era previsible que el objetivo final era apoderarse de toda la rica región del Plata
“El Gobernador de Montevideo, que era Pascual Ruiz Huidobro, no era partidario de enviar una expedición a reconquistar Buenos Aires, dado que en esos momentos solamente contaba con una dotación militar de alrededor de 500 hombres. Sin embargo, los habitantes de Montevideo, y de los campos y poblados, pusieron a disposición del Cabildo y del Gobernador el ofrecimiento de contribuir con hombres y recursos a reclutar un ejército, para desalojar a los ingleses de Buenos Aires antes de que les llegaran refuerzos.
“En sesión que se realizó en el Cabildo de Montevideo el 18 de julio de 1806, se resolvió declarar que el abandono de su puesto por el Virrey Sobremonte, y el juramento de sujeción a los ingleses del Cabildo de Buenos Aires, colocaba al Gobernador de Montevideo como la máxima autoridad delegada del Rey de España en esta parte del continente; y en consecuencia, que éste debía emplear esa autoridad para desalojar a los invasores de Buenos Aires y así preservar a la ciudad de Montevideo.
“Se trató de una decisión de carácter militar y referente a una operación de guerra con un Estado extranjero, que en sentido estricto sólo podría haber sido dictada por el propio Rey. Por lo cual, aunque justificada ante la extrema necesidad y urgencia de la situación, algunos historiadores consideran que ella fue la primer manifestación de decisión autónoma de las colonias españolas de América; que de alguna forma anticipó los fundamentos del ulterior ‘movimiento juntista’ americano, que inició el proceso de independencia.”
Esta provocación temprana a la Corona de Su Majestad el Rey de las Españas bastó para que el infeliz Sergi fuera expulsado de la memoria familiar por decisión de Joan. A ello hubo de agregarse otra deshonra sobreviniente:uno de sus descendientes,Yamandú Wilson Sardà Moreira,como lo prueba la fotografía que yace sobre este texto, la vino a quedar ingresando recientemente en una murga de dudosa catadura en una ignota ciudad argentina fronteriza con la Rca. Oriental del Uruguay, lo que le supone una opción definitiva de noretorno a los blasones impolutos de los Sardà.
Joan busca en estos momentos alguna conexión entre su ancestral y noble tribu catalana y los Batlle, pero los historiadores uruguayos serios son reacios a proporcionarla. Dios dirá.
La Comissió de Defensa dels Drets de la Persona del Col•legi d’Advocats de Barcelona, juntament amb la Federació de Veïns de Barcelona (FAVB), l’ Observatori dels drets econòmics, socials i culturals (DESC), l’ Associació Catalana de Defensa dels Drets Humans (ACDDH), l’ Observatori del Sistema Penal i els Drets Humans de la Universitat de Barcelona (OSPDH), totes elles entitats ciutadanes de reconeguda trajectòria en la defensa dels drets humans, volem manifestar la nostra ferma denuncia per l’actuació dels mossos en relació als següents
FETS: A les cinc de la matinada del dia d’ahir, 18 de març, els agents anti-avalots de la policia catalana han entrat, amb l’autorització expressa del rector de la Universitat de Barcelona, Dídac Ramírez, en el vestíbul universitari de l’edifici històric. La intervenció s’ha efectuat per tal de desallotjar als estudiants que hi eren tancats des del 20 de novembre per protestar pel pla Bolonya. Per altra banda, al llarg de tot el dia i en diferents llocs de la ciutat s’han produït diverses actuacions policials dirigides contra aquells estudiants que protestaven per la contundència de l’actuació policial. S’han produït desenes de ferits i un número indeterminat de persones detingudes. Molts dels contusionats han estat persones absolutament alienes a la protesta que es trobaven, accidentalment, en el lloc dels fets. Cal destacar que entre els persones ferides s’hi troben diversos fotoperiodistes (El Periódico, El Punt, ADN, La Vanguardia, ABC, Agència EFE...), reporters i càmeres de televisió que estaven cobrint l’esdeveniment així com nens i persones de la tercera edat. Per tot això, CONSIDEREM QUE: Respecte a l’actuació del Rectorat de la Universitat de Barcelona:
• Resulta censurable que hagi autoritzat l’entrada i la intervenció policial en l’interior del recinte universitari sense previ avís ni esgotar els canals de diàleg oberts amb els estudiants. Tampoc resulta prou justificada la decisió de tancar la universitat, suspendre les classes i impedir, així, el lliure accés dels estudiants fins el proper dilluns 23 de març. Respecte a l’actuació policial dels Mossos d’Esquadra: • Considerem que s’ha produït una duresa i violència extrema, pròpia d’altres èpoques i intolerable en un sistema democràtic. • Considerem que s’ha actuat de forma desproporcionada, sense donar als estudiants la possibilitat de dissoldre voluntàriament els actes de protesta, i sense que s’hagués produït cap acte de provocació o violència. • Considerem que s’han causat detencions arbitraries i desenes de persones ferides de forma indiscriminada i en parts dels cos, com ara el cap, absolutament prohibides pel nostre ordenament jurídic i fins i tots els propis reglaments interns IPTN dels Mossos d’Esquadra. Aquest és el cas, per exemple, d’un fotògraf del diari ADN que ha estat traslladat a l’hospital aquesta nit. • Considerem que s’ha agredit a nombrosos professionals del periodisme, afectant, així, a la seva tasca informativa i al dret d’informació dels ciutadans reconegut en l’article 20 de la Constitució espanyola. • Considerem especialment greus les declaracions del Director General de la Policia catalana, Rafael Olmos, en les que justificava l’agressió als mencionats professionals per la dificultat de distingir-los dels manifestants atès el visible distintiu que duen així com la clara tasca professional que realitzen. • Considerem que la circumstancia que els agents anti-avalots dels Mossos d’Esquadra no duguin encara el distintiu identificatiu a l’uniforme, tal com preveu la instrucció aprovada per la Generalitat de Catalunya en data 12 de novembre del 2008, ha incrementat el grau d’impunitat davant els abusos comesos .
En darrer terme, volem recordar que el control policial de les protestes és una de les tasques més destacades de qualsevol règim polític, no només perquè estan en joc el respecte a les llibertats i drets de participació política dels ciutadans sinó també la pròpia “legitimitat” del sistema democràtic.
Per tot això, les entitats mencionades reclamem al Rectorat de la universitat de Barcelona:
• Que reobri el procés de diàleg interromput amb els estudiants contraris al pla Bolonya i es posi fi al discurs criminalitzador en vers la seva protesta.
Reclamem, així mateix, al Departament d’Interior: 1. Que obri una investigació per determinar si la gravetat dels fets és atribuïble tan sols als propis agents de policia anti-avalots o ha existit algun altre tipus de responsabilitat o participació dels seus superiors jeràrquics, i en virtut del seu resultat es depurin les responsabilitats i es produeixen els possibles cessaments que se'n puguin derivar. En aquest sentit, cal remarcar que el director policial, Rafael Olmos, va afirmar públicament que els “agents van complir les directrius” i que ell personalment assumia totes les responsabilitats d’allò succeït.
2. Que s’ apliqui immediatament la normativa aprovada per la Generalitat de Catalunya que estableix la obligació de dur un distintiu identificatiu en l’uniforme dels Mossos d’Esquadra per tal d’evitar la situació d’ actual impunitat sota la qual actuen els agents del cos d’ anti-avalots.
3. Que es revisin els actuals protocols d’actuació en la dissolució de manifestacions i altres actes de protesta per part dels agents anti-avalots dels Mossos d’Esquadra i evitar, així, els excessos en l’ús de la força que s’han produït en aquesta ocasió.
La predisposición a admirar la belleza, la belleza femenina, se puede confundir con una precedencia falsa de valoraciones, y hablo de mí. No hay que dar, en fin, por los glúteos más de lo que los glúteos valen. No olvido, por cierto, a Oscar Wilde y su siempre amarga y precisa meditación epigramática, quien señalaba algo así como el hecho trágico de que la belleza dure menos que el talento.
Resulta tan errado absolutizar la belleza como desdeñarla, y como en todos los temas que tienen alguna repercusión moral, el desdén pontifical de las exaltaciones físicas por lo general ostenta la señal de la hipocresía.
Los chistes que circulan en la Web, entre ellos aquél muy conocido que, abreviando, exhibe que en una circunstancia de competencia concursal se llama a varias potenciales meseras, se las interroga para develar cuál de ellas manifiesta la mayor honradez y la selección culmina determinada por la abundancia y magnificencia de los pechos, abstracción hecha de ese “accidente menor” -la honradez-, llevan ínsitos esa censura humorística a hipocresías sistemáticamente predicadas.
Las lógicas concesiones a la biología, por lo demás, como el deleite de la gastronomía, o de las bendiciones del confort no deberían ser disimuladas como si se tratara de la comisión de pecados, que es exactamente lo que han sido durante siglos en Occidente: el medido hedonismo, si la calificación no implica un oxímoron…, es casi un mandato para enjugarse las lágrimas en este valle.
Por ahí tengo escrito que el mundo es un lugar espantoso, que está solamente redimido por la existencia de las personas buenas e inteligentes, y que es casi una misión humana fundamental andarse por él cuidándolas. En fin, con o sin lamento, que en ese punto el misterio de la frase de Wilde se eleva a la categoría de literatura, visto desde ese mirador, el mundo dura más que la gratificación ocasional del cuerpo y lo perdurable y lo que es cimiento de la vida, sin ninguna moralización, parece estar cósmicamente más relacionado con lo que “no puede verse” que con la exterioridad estética.
Que a Wilde le haya preocupado pronunciarse sobre el asunto también indica que la cuestión de la belleza no se reduce a una microscópica frivolidad de espejos, cosméticos y jadeos frente a unas lindas curvas, sino tal vez que tiene fundamental relación con la calidad que ansiamos durante ese viaje de perduración zozobrante que es la vida. Negar esas ansias es mentirse. Aceptar como el todo esa sed es también hacerse trampa. La verdad, contra lo que se dice, carece de simpleza. La existencia carece de simpleza. Los seres humanos carecemos de simpleza.
Cuando aquel mono anónimo se volvió loco y empezó a hacer arbitrariedades contra natura, para escándalo de la tribal monada, comenzó la complejidad. La simpleza solamente se encuentra en las tristes jaulas de los chimpancés, y no hay nada que permita deducir que estos monos cuerdos en cautiverio son más felices que los lejanos nietos del mono loco, puestos éstos hoy a actualizar sus blogs.
A l'altre, a Borges, és a qui li ocorren les coses. Jo camino per Buenos Aires i em demoro, tal vegada ja mecànicament, per a mirar l’arc d’un cancell i la porta interior; de Borges en tinc notícies pel correu i veig el seu nom en una terna de professors o en un diccionari biogràfic. M'agraden els rellotges de sorra, els mapes, la tipografia del segle XVIII, les etimologies, el gust del cafè i la prosa de Stevenson; l'altre comparteix aquestes preferències, però d'una manera vanitosa que les converteix en atributs d'un actor. Seria exagerat afirmar que la nostra relació és hostil;jo visc, jo em deixo viure perquè Borges pugui tramar la seva literatura i aquesta literatura em justifica. Gens em costa confessar que ha assolit certes pàgines vàlides, però aquestes pàgines no em poden salvar, potser perquè el bo ja no és de ningú, ni tan sols de l'altre, sinó del llenguatge o la tradició. Més enllà d'això, i de forma definitiva, jo estic destinat a perdre'm, i només algun instant de mi podrà sobreviure en l'altre. A poc a poc vaig cedint-li tot, malgrat em consta el seu pervers costum de falsejar i magnificar. Spinoza va entendre que totes les coses volen perseverar en el seu ésser; la pedra eternament vol ser pedra i el tigre un tigre. Jo he de quedar en Borges, no en mi (si és que algú sóc), però em reconec menys en els seus llibres que en molts altres o que en el laboriós frec de les cordes d’una guitarra. Fa anys vaig tractar d'alliberar-me d'ell i vaig canviar les mitologies dels suburbis portenys pels jocs amb el temps i amb l'infinit, però aquests jocs són de Borges ara i hauré d'idear altres coses. Així la meva vida és una fugida i tot ho perdo i tot és de l'oblit, o de l'altre.
No sé quin dels dos escriu aquesta pàgina.
Jorge Luis Borges
Traducció a cura de Gustavo F. Soppelsa iOlga Pena Guiu
Borges y yo
Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.No sé cuál de los dos escribe esta página.
Suelo decir que, hecha la estadística de los tópicos o lugares comunes más idiotizantes, hay por lo menos uno entre varios que pelea con denuedo la primera posición: el que sostiene que el amor se experimenta por igual a cualquier edad o, lo que es lo mismo, que la edad carece de relevancia en materia de amores.
Imagino que nunca se anunció como verdad una estupidez tan contraria al sentido común, y no sólo a él, sino a la experiencia misma: nadie en su sano juicio podría sostener que la manera como amamos a los veinte años es idéntica al modo como queremos a los cuarenta o a los setenta. Y no hablo de la posibilidad de amar, por supuesto, antes de que algún “autoayudado” venga a corregirme, porque la bendita frase obviamente señala, como apunté, otra cosa, y exactamente significa que el calendario es un artilugio sin importancia para el resultado, características, desarrollo y alternativas de las relaciones afectivas.
El mundo ha vivido a la sombra de este error “romántico” y profesa fe ingenuaen este dictado que quién sabe qué anciano alcoholizado (y engañado) profirió hará unos diez mil años cuando se prendó de una quinceañera, y así vamos. Vamos como locos contradictorios, porque mientras usamos de esta falsa creencia creyendo lo que nadie cree porque es increíble y supuestamente la edad es una variable cosmológica y fantasiosa, por el otro, sin fantasía ninguna, se engrosan las cuentas bancarias de los cirujanos plásticos que ayudan a que el amor entre por el conducto mentiroso de aquel tópico.
Dígase que la pasión no es patrimonio de la juventud, y se dirá la verdad. Dígase que el mantener el alma en vilo por alguien es siempre una posibilidad hasta el último suspiro de la senilidad y se volverá a incurrir en la verdad. No se equiparen los amores de las distintas épocas de la vida como una especie de novela rosa mal hilvanada, porque entre ellos hay poco de común. Lo más triste, quizás, es que la mentira esconde una verdad riquísima, en tanto los amores ya lejanos de la edad dorada y estereotípica de la juventud son mejores y más ricos. Tal vez la frase es embrutecedoramente falsa en el peor sentido, ya que afanándose por apaciguar con la anestesia de lo irreal el miedo a la decadencia, nos cierra los ojos a la belleza de una vicisitud que es sólo supuestamente temible, pero que ha sido convalidada por esta sentencia mítica, casi como ciertos vicios no corregidos y aderezados por la ornamentación sobreviven en los viciosos de la mano de la sobreprotección de alguien que no atina a espabilarlos sobre sus defectos.
Por esa frase, hemos vivido desde tiempos inmemoriales practicando la idolatría imposible de la juventud eterna y ciegos a los beneficios de la biografía larga y buenamente ejercida: el calendario sí cuenta. Para mal… y para bien.
[Versión castellana asequible en post subido el 30 de junio de 2008 como "Vida para lelas"] Joan Sardà va néixer a Sant Quirze del Vallès, Catalunya, el 7 de juny del 1909. Llavors, molts van esperar que la seva vida fos curtissima, fet que per obstinació l’ha dut a la longevitat . Es creu que la seva família pertanyia a la noblesa russa, d'altres pensen que eren babilonis, i algú poc seriós evoca un cert origen tibetà. Des de molt jove va utilitzar aquests antecedents culturals per a centrar els seus interessos en diversos camps: entomologia, pornografia, aeromodelisme, vitivinicultura, etc. És teòleg i filòsof però fins ara ningú n'ha vist els seus diplomes; això va fer suposar que en eren falsos a Scotland Yard en el 1982. Malgrat tot, Margaret Thatcher va confirmar que aquesta darrera interpretació era veritablement una calúmnia dels seus enemics, tant jueus com àrabs, que ella va denunciar sense perdre temps a les Nacions Unides el mes següent al primer atemptat sofert pel savi de part de la màfia siciliana. A l'hora actual, cal destacar que es desconeix, per raons de seguretat, on es troba.