En su libro “Las palabras y las cosas, Michel Foucault partió de la disparatada clasificación inventada por Jorge Luis Borges, quien a la vez la remite a una apócrifa enciclopedia china. Dice J. L. B.: “En sus remotas páginas está escrito que los animales se dividen en a) pertenecientes al Emperador, b) embalsamados, c) amaestrados, d) lechones, e) sirenas, f) fabulosos, g) perros sueltos, h) incluidos en esta clasificación, i) que se agitan como locos, j) innumerables, k) dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, l) etcétera), m) que acaban de romper el jarrón, n) que de lejos parecen moscas.”
Pues el inefable Celestino Trotaconventos Corbacho ha confirmado la sagacidad creativa del escritor argentino y dado aliento práctico a la "teoría de la taxonomía interesada" propalada por el francés.
Por este buen Celestino, venimos a enterarnos que, en el colmo del éxtasis de “lo políticamente correcto”, debemos adoptar una taxonomía que nos pone realmente a volar ante una nueva especie: ahora los viejos son, adecuadamente, “población pasiva” dentro de la “Enciclopedia Corbacho”.
Todavía hay un detalle más…chocante, y no sé si encuentro la palabra justa al pronunciar “chocante”: este raro animal macho de la especie Celestinarium emigrans, el tal Celestino, acaba de enunciar que la prohibición de la importación de viejos infieles y sudacas a tierras cristianas se hace bajo una consigna humanitaria que reconozco arranca lágrimas hasta el más cruel de los bucaneros del Caribe. Poneos de pie, ciudadanos de la República, si España lo fuera como alguna buena gente lo quiso en algunos tiempos hoy enterrados: los viejos no españoles serán detenidos en los límites circunspectos de la Iberia para… no causar stress -sic- a su descendencia (que no debe distraerse de producir para Iberia, se entiende).
Por fin, por fin… Las oscuras presiones de las suegras, las reconvenciones de las madres, los padres regañones son una cuestión de Estado. Por fin. Por fin ese perezoso Estado liberal, hoy conducido por el celeste Celestino, que creo será de izquierdas, mete mano en las disputas que perturban la cena de las familias, y enlentecen el crecimiento del Producto Bruto Interno.
Tanta dedicación planificadora alegra: esperamos que pronto Celestino, haciendo honor a su nombre, promueva románticamente la deportación de mujeres (españolas o no) que nos causen stress cuando no quieren hacer el amor porque les duele la cabeza, porque eso incidirá sin duda en el rendimiento laboral masculino el día después. Eso se llama poner fin al “Estado ausente”, porque si eso no es presencia…¿qué otra cosa puede serlo?
Las malas lenguas dejan oír una rumor sobre verdaderas intenciones, un poco más perturbadoras: aseguran que el Estado español quiere aumentar las horas de la jornada laboral que se exigen a los recién llegados que pueden trabajar, y dejar en la inanición improductiva, donde cayeren, sea Zaire, Marruecos, Perú o Argentina, a los viejos extranjeros que no sirven como pilares de este Reino de delicias coronado por un Borbón. Alguien me contó alguna vez de selecciones análogas llevadas a cabo en los vagones que conducían a los campos de concentración. Sin duda, las ideologías han muerto, y sólo restan los hijos de puta descarados vestidos de azul pastel antes que de verde o gris nazi. Todos igualmente vestidos de azul pastel, sin distinciones, en los comités de todos los partidos... sin distinciones.
1 comentari:
HOLA GUSTAVO!!
ME HE TROPEZADO CON TU BLOG Y HE REPRODUCIDO EL ULTIMO POST DE CORBACHO, EN EL NUESTRO" LA MIRADA DEL MEDIADOR",ESPERO QUE NO TE MOLESTE. ME HA GUSTADO MUCHO.
UN ABRAZO DE MARIPOSA.
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