diumenge, 29 de juny del 2008

KEINE HÄLFTE DER WELT KANN ONHE DIE ANDERE ÜBERLEBEN


ACOSTUMBRANDOME A HABITARTE
Déjame vivir
en tu primer respiro
del gozo primero
de cada encuentro nuestro.
Deja que permanezca
en el gemido breve
que sigue al comienzo
de la recorrida
por el laberinto encantado
de tu sexo.
Dame posada
donde pueda quedar
dormido y seguro
asido al murmullo
fresco y ahogado,
como brotado
de las gargantas
audaces,
deliciosas,
de las ninfas libres
del bosque latino,
bendito de lluvias
y por las pasiones
tormentosas y francas
de un dios libertino.
Regálame albergue
en la tibieza
de esa media palabra,
de ese medio gemido,
de gozo que susurras
cuando embisto
la flor de tu vientre.
Y déjame habitarla,
habitarlo,
habitarte,
como si fuera en ti
el huésped más querido.
(G. y O.)

ACOSTUMANT-ME A HABITAR-TE
Dóna'm posada
on em pugui quedar
adormit i segur
apressat pel murmuri
fresc i ofegat
com brollat
de les goles
audaces,
delicioses,
de les nimfes lliures
del bosc llatí,
beneït de pluges
turmentoses i franques
d'un deu llibertí.
Regala'm alberg
en la tebiesa
de la mitja paraula
del plany inacabat
de goig que xiuxiueges
quan envesteixo
la flor del teu ventre.
I deixa'm habitar-la,
habitar-lo,
habitar-te,
com si fóra en tu
l'hoste més desitjat.
(O. i G.)